Aquí encontraran algunos los artículos, investigaciones y ensayos académicos que realicé en los últimos años. Los mismos varían considerablemente en sus temáticas, debido a mi constante curiosidad e inquietud a la hora de interesarme por los fenómenos del mundo. Desde la filosofía a la sociología, desde la historia hasta el pedagogía, o desde artículos de opinión hasta investigaciones periodísticas de actualidad, todos estos trabajos tienen sin embargo un eje común, y este es mi contante voluntad de poner mi cabeza y mi empeño en no conformarme con el mundo que aparece todas las mañanas, el que venden los medios de comunicación, ese mundo que se presenta a si mismo como unidimensional e inmutable.

viernes, 8 de agosto de 2014

Porque me preocupa el Siglo XXI (2º Parte)


Guerras Santas y la construcción del nuevo Totalitarismo

No sé porque siempre espero lo peor. Será porque existe la posibilidad de que suceda, y entonces ya es una contingencia, algo que podría estar pasando ahora mismo, que podría haber pasado ayer, o mañana, o nunca, hasta coexistir en mundos paralelos donde las posibilidades son realidades simultaneas.

Entonces veo el panorama y siento que esta todo latiendo, a punto de estallar, y pienso.

Me pregunto qué es lo que hace que las cosas sucedan o no, que es lo que influye cuando alguien está tomando una decisión polémica, o está cometiendo un error que va a repercutir a niveles estratosféricos, literalmente.

Circulación de energía universal, tal vez, algún dios interior que comparte los planes con el dios exterior, o alguna esencia intrínseca de la humanidad que hace que la maldad y la tragedia afloren constantemente como el sol que sale y se esconde y vuelve a salir.

A veces también pienso que la historia ya está escrita, que los pulsos de la humanidad ya están programados, y que solo podemos dedicarnos a esperar los estallidos, a analizarlos si queremos, o simplemente a disfrutar del sol mientras podamos, antes de que alguien lo compre y lo alquile o lo venda a precios de locura.

Así que veo como los de arriba se disputan todo el poder, con la tristeza de quien se sabe viviendo una tragedia que no tiene posibilidad de final feliz, pero con un cinismo tal que casi me hace considerarlo todo como si fuese un mundial y estuviésemos ya en la semifinal, y van quedando cada vez menos equipos, y los que perdieron van tomando partido por las naciones que quedaron, y entonces se arman grandes bloques que se van disputando la gloria, ya solo quedan pocos participantes, y solo uno se quedará con el domino del mundo, para disponer de él como mejor se le ocurra.

Para que haya un sistema mundial, un estado que tenga dominio sobre todo el mundo, primero tienen que desaparecer las disputas, y tiene que quedar solo uno, last man standing.

Hoy veo dos bandos políticos enfrentados, y también dos religiones muy enfrentadas, que responden de alguna manera a esa división geopolítica:

Occidente vs. Oriente

Cristianismo vs. Islamismo

Esto es:

Estados Unidos (en decadencia) ve como se cae su imperio. Se vuelve a juntar en equipo con sus aliados históricos, la Unión Europea encabezada por UK, para un intento desesperado de recuperar el dominio mundial, o al menos para dejar de perder terreno ante sus rivales cada vez más fuertes. Alemania siempre es una incógnita, pero después de la caída del muro parece que esta vez se quedaran del lado oeste. Tienen también de su lado a medio mundo por las uniones económicas y políticas que fueron armando en su época de Hegemonía Post Victoria de la Guerra Fría (periodo comprendido entre 1990 y 2008). Pero estas Naciones que están del lado de Occidente solo momentáneamente. Pueden darse vuelta sin ningún problema, siempre y cuando Oriente les de algunas ventajas económicas.

En 2008 hubo una fuerte crisis en los bancos de USA. Recurrieron a un salvataje cuyos detalles no fueron de público conocimiento, pero entregaron muchas concesiones.

Fue el momento en que China aprovecho para dar grandes pasos en su camino por dominar el mundo.

Oriente es básicamente la unión comercial, estratégica, política y militar entre Rusia y China. China es un Gigante en ascenso, casi sin techo, inestimable, por su capacidad productiva, su extensión, sus recursos, su cantidad de mano de obra, su secretismo, su desarrollo tecnológico, su tremenda capacidad comercial y económica en un mundo en el cual la economía es poder.

Rusia es el personaje de la película que cae duramente derrotado y mientras su rival lo pisotea y se regodea con su fracaso, muerde el polvo y mastica, masculla frases de bronca, resguarda su fuerza, se reagrupa, y entre las sobras en donde todos lo olvidaron por ser tan débil, tan paupérrimo, se fue rearmando como la vieja potencia que fue, algo así como Voldemort, que era simplemente una sombra, un aura derrotada, y desde las trincheras reagrupo a su gente, de la mano del enigmático Putin y su cara de hierro, consiguió resurgir y ahora es nuevamente una potencia, solo que ha aprendido las lecciones del pasado y tiene de su lado la bronca, el odio, la solidez de alguien que ha resurgido desde la peor derrota. Eso es clave para la moral de un país.

Rusia tiene la solidez de una base nacional unida y con los vestigios de 65 años de comunismo férreo. Llevan en la sangre el estoicismo, la dureza y frialdad necesaria para cortarse un brazo, hacerse un torniquete y seguir adelante.

Algo de eso comparte también China, con su masa nacional orgullosa y unificada, con años de comunismo, respeto por los líderes históricos, con Mao Tse Tung a la cabeza, y una dirigencia novedosa y con las ideas claras, sabiendo su gran capacidad de dominio, y jugando rudo, duro, pero también inteligente, haciendo uniones comerciales, comiendo terreno.

Del lado religioso, mencionábamos cristianismo vs islamismo.

Con el cristianismo tenemos que considerar también a todo el poder del judaísmo agazapado tras bastidores, con su papel estratégico tan bien jugado, amenazando desde atrás gracias a todo el poder de presión que tienen desde sus posiciones claves desde lo económico y lo mediático.

Desde Europa el cristianismo también es muy fuerte por el poder que ejerce el catolicismo como factor de control social sobre los pueblos. De alguna manera es un recurso catalizador que puede unificar a toda la población en contra de una religión opuesta, más allá de partidos e ideologías.

Entonces vemos como estos recursos unificadores cobran cada vez más importancia en materia de guerras y luchas por el dominio estratégico del mundo. Sin aval popular no se puede ingresar en una confrontación larga.

Por otro lado, vemos el fanatismo islamista cada vez más exacerbado.

Los fieles de la religión musulmana son numerosos y su devoción es inmensamente más grande que la pasividad católica. Su carácter es marcadamente luchador, sus profetas llaman a las armas y la lucha constantemente, y los fervientes súbditos religiosos acatan todo al pie de la letra, enajenados, ausentes de su propia vida, la cual ya han entregado a Allah.

Esta es la gran diferencia entre las dos religiones, una es pasiva y actúa como un rebaño. La otra es un ejército desenfrenado y fanático que busca luchar o morir, y que considera al que muere por la causa un mártir, un héroe que se gana la gloria eterna y tendrá un lugar a la derecha de Allah.

Llaman a la guerra santa y piden que los fieles mueran por ella y se inmolen para eliminar a los enemigos que se oponen a la voluntad de Allah. Por eso el número no es tan importante en esta disputa, ya que los soldados islamistas están más resueltos y tienen sus valores religiosos grabados a fuego. Este movimiento se llama “Yihad Islámica” y es una organización que trata de nuclear a todos los musulmanes del mundo para participar en la guerra santa que se está dando en el siglo XXI según los Imanes (profetas islámicos).

La palabra árabe Yihad hace referencia a una obligación religiosa del musulmán para prestar servicios cuando la guerra santa se presente. Actualmente los islámicos del mundo se están sumando a esta proclama y sueñan con levantarse en armas contra el demonio, que es occidente, en especial Estados Unidos, y le tienen particular bronca a Israel y al judaísmo.

Muestras de fuerza en medio oriente se ven cada vez más seguido, y las represalias contra cristianos cada vez son más cruentas. En Siria el grupo extremista musulmán ha tomado el poder por mayoría, por peso específico, y están acribillando a todo opositor que encuentran, con métodos de castigo islámicos y árabes que escandalizan a todo occidente por su crueldad.

Hace pocas horas (tal vez la noticia que me impulso a escribir esta nota) Barak Obama, presidente de USA declaró públicamente autorización para atacar a Irak y seguramente a cualquier zona aledaña de Medio Oriente con el fin de aplacar a la Yihad Islámica compuesta por lo que ellos llaman “terroristas fundamentalistas”.

Lo que en realidad temen es que este grupo se les valla de las manos y crezca en número y poder, y que tal vez reciba el apoyo armamentístico y logístico de las potencias orientales, lo cual sería para occidente algo catastrófico.

Mientras tanto, los budistas de China, India y el resto de Oriente respiran tranquilos y ven como el resto se destroza. Rusia y China aprovechan para reforzarse y esperar su momento para dar el zarpazo final. Muchos dicen que esta guerra sea tal vez económica y que la batalla ya esté casi ganada por parte de los llamados BRICS, pero hasta no verlo realizado ninguno puede darlo por hecho.

De esta manera se plantea el escenario mundial. Guerras en puerta cada vez más globales. Cada vez más cosas se ponen en juego. Y yo no quisiera traer a un hijo a un mundo donde musulmanes encolerizados pueden arrancarle la cabeza y clavarla en una pica por considerarlo cristiano, o que occidente desbaste todo mi continente con tal de tener más ventajas comparativas sobre acuerdos económicos y productivos que solo traen desolación, contaminación y hambre.


Hijo, hijo lo siento pero no me siento tranquilo pensándote aquí.


 (Rovere, Cristian. 2014, Buenos Aires, Argentina. ©)

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