Aquí encontraran algunos los artículos, investigaciones y ensayos académicos que realicé en los últimos años. Los mismos varían considerablemente en sus temáticas, debido a mi constante curiosidad e inquietud a la hora de interesarme por los fenómenos del mundo. Desde la filosofía a la sociología, desde la historia hasta el pedagogía, o desde artículos de opinión hasta investigaciones periodísticas de actualidad, todos estos trabajos tienen sin embargo un eje común, y este es mi contante voluntad de poner mi cabeza y mi empeño en no conformarme con el mundo que aparece todas las mañanas, el que venden los medios de comunicación, ese mundo que se presenta a si mismo como unidimensional e inmutable.

lunes, 11 de agosto de 2014

El virus de la visibilidad social


-Seccion "Porque nos pasa lo que nos pasa"

El virus de la visibilidad social


La Hiper-Interaccion y la significación social

En la sociedad actual pasan cosas raras. Y pasan rápido, como una estrella fugaz, tan rápido que casi dudamos si realmente paso o fue un reflejo producto de nuestra mente confundida.

Las cosas se arman y desarman casi independientes de los hechos concretos, independientes de la realidad, porque el imaginario social las construye a través de entramados de conexiones digitales masivas e instantáneas que transmiten en tiempo record sensaciones, mensajes, videos y noticias (muchas veces tergiversados o malinterpretados).

Las teorías sociológicas del sentido común hablan de que la construcción de las representaciones sociales que rondan en las sociedades se alimentan de la circulación que tienen esas ideas de persona en persona, de la puesta en discusión de un elemento que pasa del boca en boca a instalarse en el imaginario conceptual de una sociedad.

El sentido social de un elemento se construye en la interacción. En la puesta en juego de un concepto, el mismo toma la significación que los actores sociales le dan al usarlo, y de esa manera se asienta, se redefine y continúa su recorrido. Entonces, mientras más circula una idea o noción, más se vuelve real.

Pero en la sociedad actual la velocidad de circulación convierte este circuito en un caos ideológico y significante: las cosas se viralizan de un segundo al otro, y pasa a ser tema nacional porque Messi no saludo al nene en la fila camino al partido, o unas niñas raptadas en Nigeria, aunque solo importe por unas horas y después caiga en el olvido.

Se arma un revuelo que dura lo que un estornudo, y luego aparece un nuevo video divertido o una nueva noticia escandalosa, y así se van acumulando en un canasto llamado “memoria a corto plazo” que rebalsa en poco tiempo y la vamos vaciando con regularidad.

Es que realmente no nos importa. Como no le importa tampoco a Emma Watson, Michelle Obama o Anthony Keiths, que aparecieron con unos carteles “hashtageando” la frase bring our gils back (traigan de regreso a nuestras chicas).





Primero que nada, saquémosle la careta a esta modalidad social: no nos importa realmente, ni el niño que quedo con el corazón destrozado cuando Messi no lo saludo, ni las madres de las niñas secuestradas, ni el verdadero motivo de porque las secuestraron. No sabemos ni siquiera donde queda Nigeria, ni qué tipo de gobierno tiene, ni su situación socioeconómica.

Hay mucha gente moralista que difunde temas para proyectar la idea de lo que creen que son para que el resto de la gente los considere comprometidos o involucrados con la realidad social. Pero no más que eso, una pretensión. Al que realmente le importa se va a Nigeria con un arma y las rescata. O hace una movida genuina, comprometida, dispuesta a todo.

Hay muy pocas personas que son así. Pero las hay. Para el resto, los que estamos acá sin saber qué hacer, al menos no nos mintamos a nosotros mismos. No tenemos la voluntad, no tenemos la decisión. Tenemos una consideración, una preocupación, pero no es más que eso.

Segundo, publicarlo en twitter no va a servir de nada para que liberen a las niñas en Nigeria, sino justamente todo lo contrario, les va a dar más atención para que sigan raptando gente como medio de extorsión para conseguir lo que quieren. Ya sé que Twitter ha servido mucho en distintas organizaciones sociales, marchas y revoluciones, como la primavera árabe o el movimiento de los indignados en España, pero a veces no es otra cosa que negocios que se aprovechan de la buena voluntad de la gente.

La mitad de las cosas que se viralizan son mentira, están editadas, o tergiversadas. Son engaños del momento que la pagina que viraliza utiliza para llenar su página de visitas y cobrar por ello. Si, las paginas cobran por cada visita que les hacen. Por eso nos engañan con noticias agrandadas o falsas (se ve mucho, por ejemplo, un titular que dice “¡Mira lo que le paso a esta chica con el escote en pleno programa!” y después entras y no había pasado nada, solo se estaba acomodando el pelo).

En fin, asi estamos.

Viralizados.


 (Rovere, Cristian. 2014, Buenos Aires, Argentina. ©)

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